Rev Esp Patol 2002;35:77-87 (Enero -Marzo)
Artículo invitado de honor en el sesquicentenario de Cajal
Contribución de S. Ramón y Cajal
a la patología
Santiago Ramón y Cajal
Junquera
Departamento de Anatomía Patológica. Hospital Clínico
Universitario, Lozano Blesa. Zaragoza.
Correspondencia a: S. Ramón y Cajal
patologia@repatologia.com
Se celebra este
año 2002, el 150 aniversario del nacimiento de Santiago Ramón y Cajal, el
científico español que, con su Doctrina neuronal, sus Leyes de la polarización
dinámica de la corriente nerviosa y del neurotropismo, y su exhaustivo estudio de
la anatomía microscópica de todo el sistema nervioso, sentó las bases
morfofuncionales de la neurociencia actual. Su obra histológica es bien
conocida por los patólogos españoles, pero no lo es su contribución a la
patología, no faltando alguna opinión expresando que los trabajos de Cajal
dedicados a la anatomía patológica son pura anécdota. En este artículo
comentaremos cual fue su aportación en esta rama de la Medicina.
Curiosamente,
su primera publicación versó sobre un tema de patología muy debatido en los
tiempos en los que Cajal iniciaba los estudios micrográficos: Investigaciones
experimentales sobre la génesis inflamatoria y en especial sobre la emigración
leucocitaria (1880).
Hacía pocos
años que Cohnheim había descrito por primera vez (1867) el fenómeno de la
diapédesis leucocitaria en la inflamación aguda, que era negada por Virchow y
los patólogos franceses, quienes defendían la idea de que las células presentes
en la inflamación aguda procedían de células fijas del tejido conjuntivo y no de
la sangre. Para tener una opinión propia sobre este tema tan discutido, Cajal
reprodujo el mismo modelo experimental de Cohnheim, provocando inflamación aguda
flegmonosa en el mesenterio de la rana. Tras comprobar el fenómeno de la
adherencia leucocitaria a la pared vascular, demostró la existencia de orificios
situados entra las células endoteliales por donde se producía la diapédesis de
las células inflamatorias (fig.1). Para Cajal estos orificios no eran aberturas preformadas ni permanentes, sino que se producen a instancias de una respuesta
inflamatoria aguda. Completaba esta primera publicación con el estudio de la
inflamación aguda experimental en tejidos carentes de vasos como la córnea y el
cartílago. También describía por primera vez la existencia de plaquetas en la
sangre de los batracios. Estos estudios los realizó en su humilde laboratorio
particular, cuando preparaba oposiciones a cátedras de anatomía descriptiva, si
bien su interés se iba decantando, cada vez más, a los estudios micrográficos.
En enero de
1884, Ramón y Cajal se trasladó a la Universidad de Valencia como catedrático de
anatomía, reanudando sus observaciones microscópicas en un pequeño laboratorio –
también particular- en el que impartía clases de histología normal y patológica
y bacteriología para médicos deseosos de tener conocimientos micrográficos.
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CAJAL BACTERIÓLOGO |
En 1885 se
desencadenó una epidemia de cólera en la región valenciana que más tarde se
extendió a gran parte de España, causando grandes estragos en la población. Los
hospitales estaban abarrotados de enfermos y no había acuerdo entre los médicos
valencianos sobre qué medidas había que tomar. “ Eran días de intensa emoción-
narra Cajal en Recuerdos de mi vida-, y la población, diezmada por el
azote, vivía en la zozobra, aunque no perdió nunca la serenidad. Pronto llegó a
Valencia el conocido bacteriólogo Jaime Ferrán, propugnando el empleo de una
vacuna que, según él, inmunizaba tras una inyección subcutánea de vibriones
coléricos vivos. Su propuesta de vacunación masiva fue objeto de gran debate,
ya que muchos dudaban de su eficacia. No obstante, se vacunaron más de cincuenta
mil personas. Como la epidemia se extendió a Aragón, la Diputación Provincial de
Zaragoza pidió a Cajal que hiciese un dictamen sobre las causas de la epidemia y
sobre la validez de la vacuna de Ferrán. Recluido en solitario a las afueras de
Zaragoza, Cajal se pasó aquel verano de 1885 estudiando la enfermedad, pudiendo
comprobar que, tras repetidas inyecciones subcutáneas de cultivos vivos en la
cobaya, solo se obtenía cierta resistencia ante nuevas inoculaciones cada vez
más ricas en gérmenes, pero solo en el lugar de las inyecciones, ya que en estos
animales no se producía una infección intestinal similar a la que padecen los
humanos. Estas observaciones le llevaron a la conclusión de que la vacuna
propugnada por Ferrán era de poca eficacia. Con todas estas experiencias, Cajal
redactó una memoria titulada Estudios sobre el microbio vírgula del cólera y
las inoculaciones profilácticas, publicada por la Diputación Provincial de
Zaragoza, 1885 (fig.2). En este trabajo, Cajal confirmaba que la epidemia se
debía al vibrión colérico- al principio existían dudas sobre la causa de la
epidemia- aportando nuevos métodos para cultivar el germen y describiendo formas
regresivas y degeneradas del bacillus comma.
Su principal
aportación en este estudio fue el demostrar la posibilidad de vacunar
eficazmente empleando inoculaciones hipodérmicas de cultivos del vírgula muertos
por el calor. De esta forma, Cajal introducía por vez primera en la historia de
la Medicina, el concepto de vacuna química al no emplear gérmenes vivos. Sin
embargo la prioridad de la vacunación química ha sido adjudicada a los
bacteriólogos norteamericanos Salmon y Smith quienes la describieron un año más
tarde, en 1886. Sobre sus hallazgos bacteriológicos comenta Cajal “ Excusado es
decir que todas estas modestas contribuciones teórico-experimentales pasaron
inadvertidas en los laboratorios de París y Berlín. Eran aquellos tiempos harto
difíciles para los españoles aficionados a la investigación.”
A su regreso a
Valencia, en octubre de 1885, tentado estuvo Cajal de dedicarse a la
bacteriología. Eran los años de los deslumbrantes logros en el conocimiento de
las enfermedades infecciosas obtenidos por los microbiólogos franceses y
alemanes dirigidos por Pasteur y Koch. “ Muchas veces me he preguntado- dice
Cajal-, si no habría sido mejor para mi porvenir moral y económico haber cedido,
a ejemplo de muchos, la célula por el microbio.” Pero tras aquél paréntesis
bacteriológico obligado por las circunstancias, ya había tomado la decisión
seguir el camino de la histología «la de los goces tranquilos».
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CAJAL HISTÓLOGO |
Cajal estudió
todos los tejidos confirmando lo que ya se conocía y agregando observaciones
propias. Pretendía con ello hacer un texto de histología normal que fuese una
obra original con descripciones propias y con ilustraciones obtenidas de sus
preparados microscópicos. “ Sentíame avergonzado y dolorido al comprobar que los
pocos libros anatómicos e histológicos, no traducidos, publicados hasta entonces
en España, carecían de grabados originales y ofrecían exclusivamente
descripciones copiadas de las obras extranjeras.” Este fue el origen de su
Manual de Histología normal y de técnica micrográfica, cuya publicación se
inició en 1884 mediante fascículos, cada uno de ellos dedicados a los diferentes
tejidos. La obra se completó en 1889, ya como un texto unificado que incluía el
tejido nervioso.
Al
reformarse en España los estudios de medicina en 1887, se crearon cátedras de
histología normal y anatomía patológica en las diversas facultades de medicina.
Cajal escogió la de Barcelona y sería en la Ciudad Condal el lugar en el que,
aplicando tenazmente el método de Golgi perfeccionado por el mismo, realizó sus
brillantes investigaciones cuyo fruto fue la introducción de su teoría neuronal
y la ley de la polarización dinámica de la corriente nerviosa (1888), que
sentaron las bases de la neurociencia actual y que representa la mayor
aportación que hemos hecho los españoles al progreso del conocimiento
científico.
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CAJAL PATÓLOGO |
Pero Cajal
además de profesor de histología normal lo era también de anatomía patológica,
lo que le llevó a iniciar su actividad práctica en el campo de la patología. “
Novato todavía en los estudios de anatomía patológica, tomé empeño en adquirir
conocimientos positivos de esta rama de la medicina, practicando autopsias e
iniciándome en los secretos de la patología experimental. Por fortuna los
cadáveres abundaban en el Hospital de Santa Cruz. Pasábame diariamente algunas
horas en la sala de disección: recogía tumores, exploraba infecciones y
cultivaba microbios.” No satisfecho con los métodos de tinción utilizados hasta
entonces en el estudio de los tumores, ideó un método tricrómico que combinaba
la fuchina básica con el ácido prícrico y el carmín de índigo, lo que le
permitió hacer detallados estudios sobre el estroma de diversos tumores,
particularmente los carcinomas y sarcomas.
La experiencia
que iba obteniendo con el estudio del material procedente de las autopsias
anatomopatológicas y de los análisis procedente de las clínicas del hospital le
fueron muy útiles para publicar el libro de texto Manual de Anatomía
patológica general (1890), tratado de histopatología que incluía nociones de
bacteriología patológica (fig.3). Era la primera vez que se publicaba en España
un texto de anatomía patológica en el que el autor aportaba una revisión
actualizada, con ideas e ilustraciones propias, sobre todos los capítulos de la
patología incluyendo la inflamación, regeneración, la tuberculosis, lepra,
sífilis, los tumores y la inmunidad. En el apartado dedicado a la lepra, Cajal
describe con detalle las células gigantes multinucleadas del nodulo leproso,
cuya existencia había sido negada por muchos autores (fig.4). Fue también en
esta primera edición de 1890, en la que Cajal hacía la primera descripción de
las células plasmáticas – que él llamó células cianófilas- en la lesión
sifilítica y en el estroma de los tumores (fig.5). El nombre de célula plasmática fue introducido por Unna, dermatólogo de Hamburgo, que tuvo la
nobleza de reconocer públicamente, la prioridad del descubrimiento a Cajal
durante el XIV Congreso Internacional de Medicina celebrado en París, y en su
Atlas Histopatológico de la piel de 1903. La Anatomía patológica general
de Cajal ha sido, el libro de texto de patología más importante publicado en
nuestro país, siendo utilizado por los estudiantes de medicina españoles durante
más de cincuenta años en sus más de diez ediciones, actualizadas por Francisco
Tello, el más fiel colaborador de Cajal.
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Fig.5: Células plasmáticas de la lesión sifilítica, descritas
por primera vez por Cajal, con el nombre de células cianófilas. Del
libro Anatomía Patológica General.
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UNA NUEVA ETAPA |
En 1882,
consigue la cátedra de histología e histoquímia normales y anatomía patológica
de la Universidad de Madrid, vacante por el fallecimiento de Maestre de San
Juan. Tiene 40 años y su mente rebosa proyectos a realizar. Pronto reanuda su
actividad, explorando todo el sistema nervioso con el método cromoargético
introducido por Golgi, pero también continúa con sus estudios histopatológicos.
Describe nuevos detalles del estroma de los carcinomas como la presencia de las
células gigantes y células cianófilas, destacando la labor de defensa que hace
el organismo ante una neoplásia por medio de los leucocitos presentes en el
estroma, atraídos por la acción quimiotáctica de sustancias elaboradas por el
epitelio tumoral (fig.6).
En su revisión
de la histología del sistema nervioso autónomo, describe, en las mallas del
plexo nervioso de Auerbach del intestino de la rana y de los mamíferos, un tipo
de células nerviosas que llamó neuronas simpáticas intersticiales, y que Dogiel
denominó células intersticiales de Cajal en honor de nuestro histólogo. Cajal
las describió como células con cuerpos fusiformes dotados con largas
prolongaciones fibrilares ramificadas en ángulos agudos o rectos y dispuestas en
plexos de aspecto nervioso, con la función de intervenir en la motilidad
intestinal (fig.7). Hoy, las células intersticiales de Cajal se las considera
generadoras de una actividad de marcapasos espontáneo para la musculatura
intestinal, expresando la inmunotinción con c-Kit de manera específica. Este
tipo celular se encuentra disminuido o ausente en diversos trastornos
intestinales, como la enfermedad de Hirschsprung, la estenosis pilórica
hipertrófica infantil y la obstrucción intestinal crónica idiopática. Su
similitud ultraestructural e inmunofenotípica con las células de los tumores del
estroma gastrointestinal (GIST), ha puesto de actualidad las células
intersticiales de Cajal por ser consideradas como las células origen de estas
neoplasias.
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Fig.7: Células
intersticiales de Cajal en la pared intestinal. Del libro Textura
del sistema nervioso del hombre y los vertebrados. 1889-1904.
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Especial
importancia social tuvo la creación por el Gobierno del Instituto Nacional de
Higiene Alfonso XIII (1900). Para su dirección, fue propuesto Cajal, que
inicialmente no quiso aceptar el cargo. Pero en aquellas fechas, la peste que
asolaba Portugal amenazaba con extenderse a España, sintiéndose obligado a
desempeñar el cargo, organizando las diversas secciones del Instituto, eligiendo
a competentes especialistas para dirigir las secciones de sueroterapia,
bacteriología, análisis químico, veterinaria, epidemiología y parasitología.
Pronto este centro, bien dotado de medios, adquirió un merecido prestigio. Cajal
se mantuvo en la dirección hasta que en 1920 Francisco Tello le sustituyó en el
cargo.
En 1903,
introdujo el método del nitrato de plata reducido, técnica que permitía
visualizar el cuerpo neuronal con sus prolongaciones fibrilares y su textura
interna, lo que posibilitaba conocer detalles de la red neurofibrilar. Con este
método de tinción, Cajal demostró que las neurofibrillas no constituyen un
sistema fijo sino un armazón contráctil y transformable, bajo situaciones
fisiológicas y patológicas. Estudió las neurofibrillas neuronales en lagartos en
estado de invernación sometidos al frío y al calor, comprobando como una
temperatura baja producía coalescencia de la trama neurofibrilar. Más interés
para la patología humana tuvieron sus estudios sobre las alteraciones de las
neurofibrillas en la rabia. Examinando neuronas de los ganglios raquídeos,
médula y cerebro de perros y conejos con rabia, describió una lesión que
denominó hipertrofia neurofibrilar, consistente en la condensación de las
neurofibrillas en fascículos apretados quedando entre ellos grandes espacios con
lateralización nuclear (fig.8). El valor de esta lesión radica en su precocidad
y en ser diagnóstica de la rabia, tanto en animales como en los humanos.
En trabajos de
1910, Cajal demostró por primera vez que las células nerviosas son capaces de
sobrevivir fuera del organismo cultivadas “in vitro.” Lo estudió en neuronas
jóvenes de ganglios espinales empleando como medio de cultivo líquido
cefalorraquídeo a 37º. A las dieciséis horas las células presentaban señales de
vida al mostrar la aparición de expansiones fibrilares ramificadas (fig.9).
Empleando como fijador tisular el nitrato de urano (1912), Cajal y sus
discípulos, estudiaron el aparato de Golgi de diversos tipos celulares bajo
situaciones fisiológicas y patológica, describiendo cambios estructurales y
cuantitativos en esta estructura celular.
Otra técnica
ideada por Cajal habría de tener amplia utilización en neuropatología: El
método del oro sublimado para la tinción de células gliales humanas (1913). Este
método permitía identificar los dos tipos de células neurogliales de la corteza
cerebral, especialmente, los astrocitos protoplásmicos rebeldes a la tinción con
otros métodos. Esta técnica le posibilitó describir detalles como los pies
chupadores de las células de la astroglía en la sustancia blanca de cerebros
humanos (fig.10). También fue utilizada por P. del Río-Hortega, para el estudio
del infarto cerebral y por Gonzalo Lafora en sus investigaciones sobre el
envejecimiento cerebral en perros.
A Cajal no solo
le interesaba la histopatología, sino la anatomía patológica en general. Prueba
de ello fue su deseo de crear el primer Servicio de autopsias clínicas en el
hospital de San Carlos de la Facultad de medicina, encargando a Tello su
dirección. En 1918, publicó el libro Manual técnico de Anatomía Patológica,
en colaboración con Tello, en el que se describen las técnicas de la autopsia
anatomopatológica, de la histopatología y de la bacteriología (fig.11).
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SU MAYOR APORTACIÓN A LA PATOLOGÍA |
La mejor contribución de Cajal
a la anatomía patológica fueron, sin duda, sus investigaciones experimentales
sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso, iniciadas entre 1905
y 1906, en el cenit de su prestigio científico.
Inició estos trabajos
estudiando, con su método del nitrato de plata reducido, la degeneración y
regeneración de los nervios periféricos. Existían en aquellos años dos teorías
para explicar cómo se realiza la restauración del cabo periférico destruido en
un nervio traumatizado. La teoría de la continuidad, postulaba que las fibras
nerviosas neoformadas que aparecen en el cabo periférico, representan
simplemente la prolongación, por crecimiento progresivo, de los axones del
extremo proximal, al conservar éstos su vitalidad por estar unidos con el centro
trófico de las neuronas correspondientes. Por el contrario, los defensores de la
teoría de la discontinuidad, afirmaban que los axones del extremo periférico se
regeneraban a partir de la transformación y diferenciación en axones de las
células de Schwann residentes en la zona del nervio dañado.
Tras dos años de
investigación, Cajal pudo demostrar cómo a los pocos días de ser seccionado un
nervio, muchos axones del cabo proximal, emiten retoños, a modo de brotes,
carentes de envoltura mielínica, que van invadiendo el exudado interpuesto entre
los dos extremos del nervio, emitiendo ramas con abultamientos terminales en
forma de maza o botones terminales que, actuando como arietes, empujan a las
células mesenquimales para establecer una ruta. En las fases iniciales las
fibras neoformadas y sus botones terminales, carecen de células de Schwann que
aparecen días más tarde. Posteriormente algunos botones terminales detienen su
avance y regresan, extraviándose tanto en el extremo proximal como en el distal,
formando grandes ovillos con enormes mazas terminales. A los diez días los
axones jóvenes que no han abortado, penetran en los estuches del cabo distal,
apartando de su camino los restos mielínicos que aún permanecen. El progresivo
crecimiento de los axones jóvenes es estimulado por sustancias producidas por
las células de Schwann del extremo distal. De esta forma Cajal, pudo demostrar
de manera definitiva, la validez de la teoría de la continuidad (fig.12).
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Fig.12: Regeneración del nervio periférico. Fibras del cabo
central con botones de crecimiento. Algunas ramas no aciertan a
penetrar en la cicatriz y forman ovillos complicados. Del libro
Degeneración y Regeneración del sistema nervioso. 1913-1914.
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regeneración de las vías
centrales |
En sus estudios, Cajal confirmó
la imposibilidad que tienen las fibras nerviosas para regenerarse dentro de la
sustancia blanca de la médula espinal, cerebro y cerebelo, debido a la ausencia
de células de Schwann. Pero también demostró que esta falta de regeneración no
es una ley fatal e inamovible, sino que es el resultado de un desfavorable
ambiente físico o químico para el crecimiento de retoños axonales. Cajal,
comprobó, cómo en los extremos proximales de los axones seccionados en la
sustancia blanca, surgen brotes o retoños con sus correspondientes botones de
crecimiento en los extremos que van proporcionando ramificaciones que acaban
reabsorbiéndose poco después sin llegar a atravesar la zona de la cicatriz.
Estudiando la
regeneración de la médula espinal (1910), demostró que el origen de los retoños
axonales y su posterior orientación, se encuentra condicionado por la acción de
sustancias, que Cajal llamó neurotróficas, elaboradas por las células de Schwann
y por el tejido conectivo embrionario. Esto lo pudo comprobar desarrollando un
modelo experimental basado en seccionar, al mismo tiempo, la sustancia blanca y
las raíces sensitivas y motoras de la médula espinal. De esta manera, se
liberaban sustancias neurotróficas procedentes de las células de Schwann de las
raíces seccionadas, sustancias que al difundirse hacia el territorio de los
cordones medulares dañados estimulaban el crecimiento de los axones, los cuales
crecían en el interior de las raíces (fig.13). Junto con su colaborador
Francisco Tello, demostró cómo en una herida cerebral, los axones dañados crecen
en largos tramos si en el interior de la herida se coloca un segmento de nervio
degenerado a modo de injerto. En este caso las sustancias neurotróficas
procedentes de las células de Schwann del injerto estimulan el crecimiento
axonal. Con estas investigaciones, Cajal echaba por tierra el dogma de la
imposibilidad de regeneración de las vías centrales ya que existen, tanto en la
sustancia gris como blanca, posibles fuentes secretoras de agentes catalíticos
orientadores.
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Fig.13: Regeneración de las raíces anteriores de la médula
espinal al ser invadidas por axones neoformados. Del libro
Degeneración y Regeneración del sistema nervioso. 1913-1914.
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regeneración
del
CEREBRO Y CEREBELO |
En sus experiencias sobre la
regeneración del cerebro y cerebelo, Cajal describe fenómenos de adaptación
morfológica de las neuronas ante diversos estímulos. En el cerebelo, al amputar
un segmento de los axones de las células de Purkinje, estas neuronas no sufren
necrosis, sino que tratan de regenerar sus fibras nerviosas reforzando las
colaterales a nivel del segmento proximal, convirtiendo una de ellas en rama
terminal. Similares hallazgos observó en el cerebro. Al quedar interrumpidos los
axones de las neuronas piramidales cerca de la frontera entre la sustancia gris
y blanca, algunas ramas colaterales próximas a la herida se reabsorben y
desaparecen, pero ramas nuevas, procedentes de la porción inicial de los axones
dañados, se hipertrofian, adoptando una disposición arciforme (fig.14).
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Fig.14: Neuronas piramidales del cerebro con colaterales
arciformes hipertróficas de los axones seccionados. Del libro
Degeneración y Regeneración del sistema nervioso. 1913-1914.
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Todas estas investigaciones
fueron recopiladas en el libro Estudios sobre la degeneración y regeneración
del sistema nervioso (1913-1914), obra en dos volúmenes cuya publicación fue
sufragada por la generosidad de los médicos españoles residentes en la
República Argentina. Traducido al inglés en 1928 (fig.15), es hoy una obra de
referencia en las actuales investigaciones sobre la plasticidad y regeneración
del tejido nervioso, como lo demuestra su reedición en 1991. Este libro de
Cajal, junto con la Anatomía microscópica de los tumores del sistema nervioso
central y periférico de Pío del Río-Hortega, son las dos publicaciones de
mayor trascendencia internacional que ha producido nuestra anatomía patológica.
La contribución de
Cajal a la patología no es comparable ni cuantitativa ni cualitativamente con
sus logros en el campo de la histología normal. Sin embargo, sus publicaciones
histopatológicas y sobre todo, las relacionadas con la patología experimental,
pueden ser consideradas como la mayor aportación de ciencia original que ha
hecho la anatomía patológica española hasta el momento presente
 |
PUBLICACIONES DE RAMÓN Y CAJAL RELACIONADAS CON LA PATOLOGÍA |
TRABAJOS EN REVISTAS:
1.
|
«Investigaciones
experimentales sobre la génesis inflamatoria». Zaragoza.1880. |
2 |
«Estudios sobre el microbio vírgula del cólera y
las inoculaciones profilácticas». Zaragoza.1885. |
3 |
«Contribución al estudio de las formas
involutivas y monstruosas del comabacilo de Koch». La Crónica
Médica.Valencia 1885. |
4 |
«Notas sobre el plexo de Auerbach de la rana».
Barcelona 1882. |
5 |
«Adenoma primitivo del hígado». Revista de
Ciencias Médicas de Barcelona. 1893. |
6 |
«Las defensas orgánicas en el epitelioma y
carcinoma». Boletín Oficial del Colegio de Médicos de Madrid.1896. |
7 |
«Métodos de coloración para las neoplasias».
Revista de Ciencias Médicas de Barcelona.1896. |
8 |
«La fagocitosis de las plaquetas». Rev.
Trimestral micrográfica.1896. |
9 |
«Estudios histológicos de los tumores
epiteliales». Rev. Trimestral micrográfica.1896. |
10 |
«Variaciones morfológicas normales y patológicas
del retículo neurofibrilar». Trab. del Lab. de Invest. Biol.1904. |
11 |
«Las lesiones del retículo de las células
nerviosas en la rabia». Trab. del. Lab.de Invest. Biol.1904. |
12 |
«Diagnostico histológico de la rabia». Boletín
del Instituto de Sueroterapia Alfonso XIII. 1905. |
13 |
«Sobre la degeneración y Regeneración de los
nervios». Boletín del Instituto de Sueroterapia Alfonso XIII. 1905. |
14 |
«Mecanismo de la regeneración de los nervios».
Trab. del Lab. de Invest.Biol. 1905. |
15 |
«Quelques Antécédents
históriques ignorés sur les plasmazellen», Anat. Anzeiger. 1906. |
16 |
«Notes préventives sur la
dégéneration et régénération des vois nerveuses centráles. Trab. del Lab. de
Invest. Biol.1906. |
17 |
«Les métamorphoses précoces des
neurofibrilles dans la régéneration et dégénération des nerfs». Trab. del
Lab. de Invest. Biol.1907. |
18 |
«Note sur le dégénénerescence
traumatique des fibres nerveuses du cervelet et du cerveau». Trab. del Lab.
de Invest. Biol.1907. |
19 |
«Algunos hechos de la Regeneración parcial de la
sustancia gris de los centros nerviosos». Trab. del Lab. de Invest. Biol.
1910. |
20 |
«Observaciones sobre la regeneración de la
porción intramedular de las raíces sensitivas». Trab. del Lab. de Invest.
Biol 1910. |
21 |
«Algunos experimentos de conservación y
autolisis del tejido nervioso». Trab. del Lab. de Invest. Biol 1910. |
22 |
«Los fenómenos precoces de la degeneración
traumática de las vías centrales». Bol. de la Soc. Esp de Hist. Nat 1911. |
23 |
«Reacciones degenerativas de las células de
Purkinje del cerebelo bajo la acción del traumatismo». Bol de la Soc. Esp de
Biol 1911. |
24 |
«Transformación, por efecto traumático, de las
células del cerebro en corpúsculos nerviosos de axon corto». Bol de la Soc.
Esp. de Biol 1911. |
25 |
«Los fenómenos precoces de la degeneración
neuronal en el cerebelo». Trab. del Lab. de Invest. Biol 1911. |
26 |
«Los fenómenos precoces de la degeneración
traumática de los cilindroejes del cerebro». Trab del Lab. de Invest. Biol
1911. |
27 |
«Fibras nerviosas conservadas en fibras
nerviosas degeneradas». Trab. del Lab. de Invest. Biol 1911. |
28 |
«Alteraciones de la sustancia gris provocadas
por conmoción y aplastamiento». Trab. del Lab. de Invest. Biol 1911. |
29 |
«Fórmula de fijación para la demostración fácil
del aparato reticular de Golgi y apuntes sobre la disposición de dicho
aparato de la retina, de los nervios y en algunos estados patológicos». Trab
del Lab de Invest.Biol 1912. |
30 |
«Influencia de las condiciones mecánicas sobre
la regeneración de los nervios». Trab. del Lab. de Invest. Biol 1912.
|
31.
| «El neurotropismo y la
transplantación de los nervios». Trab. del Lab. de Invest. Biol 1913. |
32 | «Algunas variaciones fisiológicas
y patológicas del aparato reticular de Golgi». Trab. del Lab. de Invest.
Biol 1914. |
33 |
«Contributión
a la connaissance de la néuroglie cérébrale et cérébelleuse dans la
paralisie générale progressive».Trab del Lab. de Invest. Biol 1925. |
34 | «Sur quelques
lésions du cervelet dans un cas de démence précoce». Trab. del Lab. de
Invest. Biol 1925. |
LIBROS:
|
Manual
de Anatomía patológica general. Barcelona 1890. |
|
Estudios sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso. Dos
volúmenes. Madrid 1913-1914. |
|
Manual
técnico de Anatomía patológica. En colaboración con J. F. Tello. Madrid
1918. |
(Aceptado el 26 de febrero de 2002)
© SEAP y SEC
2002
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